24 de agosto de 2007

¡Me quiero recibir…me paso a la privada!

Por: Migliardi, Patricia
Martín, Nicolás
Arias, Verónica

La variada oferta académica que ofrece la ciudad de Mar del Plata lleva a los estudiantes a poder elegir, no sólo una carrera sino también donde empezarla y donde terminarla.
Si bien es cierto que la mayoría de los jóvenes no tienen los medios necesarios para ingresar a una universidad privada, muchos de lo que optaron por estudiar en establecimientos públicos, por algún motivo deciden concluir sus estudios en una universidad paga.
Emanuel, estudiante de Ciencias Económicas, comentó: “Estudié 7 años en la pública y no avanzaba, decidí pasarme a una privada y este año me recibo”.
Muchos suponen que es más fácil rendir o terminar sus estudios en las instituciones que tienen como convenio la contraprestación.
Para otros estudiantes el cambio pasa por la flexibilidad de horarios que ofrecen las universidades privadas, que permiten trabajar además de estudiar, como el caso de Mariano, 26 años, estudiante de pase del último año de Derecho en Fasta: “La poca variedad de horarios que me ofrecía la universidad pública no me permitía trabajar, por eso decidí cambiarme a una privada, en la que puedo combinar trabajo y estudio”. Mariano, remarcó además, que en el nivel no hay diferencias pero que el trato profesor-alumno es más directo y personalizado.
Lo mismo opina Daniela, estudiante de Derecho en la Universidad Atlántida: “En la pública no tenia la contención que encontré en esta facultad, no sólo por parte de los profesores sino por parte de mis compañeros, que al ser un grupo reducido permite que todos nos podamos relacionar”.
Según la Licenciada Agustina Caro, de la misma Universidad, los alumnos tienen una contención y un seguimiento que no existe en la pública. Una ayuda tutorial, es decir, una persona abocada a que el estudiante tenga técnicas claras de estudio y técnicas a la hora de rendir un examen.
Por otro lado, los grupos no son numerosos. El alumno no necesita llegar a clases media hora antes para encontrar lugar donde sentarse. El docente conoce al universitario y esto permite tener un seguimiento sobre el mismo.
Sin embargo, la política que, aproximadamente, hace un año y medio adoptó la institución para “alumnos de pase”, tiene dos condiciones fundamentales: no tener más del 50% de la carrera aprobada y además pagar por cada equivalencia. Estos dos factores disminuyeron de un 80% a un 20% la cantidad de estudiantes que eligen terminar sus estudios en este establecimiento.
En el caso de la Universidad F.A.S.T.A si bien no existe un porcentaje de materias aprobadas para el pase, ni pago de equivalencias, los estudiantes deben rendir materias de contenido religioso y ético, lo cual también es un impedimento a la hora de la elección.
Con respecto al CAECE no fue posible obtener información sobre el tema ya que las autoridades de la institución consideran dichos datos como confidenciales.
Sin embargo el pase sigue siendo una opción para terminar los estudios. El estudiante de la pública sabe que está solo y que no cuenta con suficiente contención. Va a clases sin saber si se dictarán. Estudia, sin saber si habrá examen. Si llega tarde, probablemente no encuentre lugar. Se enfrenta diariamente a problemas administrativos, edilicios, educativos que ponen trabas al desarrollo de su carrera.
Así lo manifestó Juan, estudiante de la Licenciatura en Biología en la universidad nacional: “Muchas veces por falta de aula hemos comenzado hasta una hora más tarde las clases y otras directamente ni se dictaban. Si falta un profesor, nadie te avisa, y esas horas cátedra no se recuperan”.
En muchas ciudades de la Argentina como también ocurre en varios países en vías de desarrollo, todo lo perteneciente al sector publico esta desvalorizado, ya que tiene demasiadas carencias, muy poco apoyo del Estado y de la sociedad, que provocan no sólo que los estudiantes realicen las clases en pésimas condiciones, sino que se hace notoria la falta de contención y de ánimo de los profesores hacia ellos. Como no podía ser de otro modo la Universidad Nacional de Mar del Plata no queda afuera de esta situación.
La pregunta que se tiene que plantear no sólo el sector estudiantil, sino toda la sociedad es si en realidad para poder cursar una carrera en un tiempo razonable y en condiciones dignas es justo tener que pagar por la educación.



Ventajas de la universidad pública:
• Gratuita.
• Título mayor prestigio a nivel nacional.
• Mayor exigencia a nivel educativo.
• Posibilidades de rendir materias libres.
• Mayor oferta académica.


Ventajas de la universidad privada:
• Grupos reducidos.
• Relación alumno-profesor más directa y personalizada.
• Mejores condiciones edilicias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente documento. Yo tambiém comencé en la estatal y me pasé a la privada, porque 1ro el prestigio te lo haces vos, 2do los profesores son casi los mismos en la estatal que en la privada y 3ro la relación profesor-alumno es mucho más personalizada y no por ofender a los de la estatal, pero es más útil, porque en la estatal yo veía la teoría nada más y en la privada veo Teoría y Práctica.

Después de recibido si no tenés contactos te cuesta mucho alcanzar los objetivos y NO IMPORTA SI TE RECIBISTE EN LA DE "MAYOR PRESTIGIO" QUE EN UNA PRIVADA. Por eso digo que el prestigio te lo haces vos.

Saludos. Guillermo

Nicolas dijo...

Es verdad lo que dicen.
Es por eso que muchos elijen hacer su carrer ade grado en privadas.
Y luego pos grados o maestrias en publicas.

También quiero dejar en claro, que es difícil el cambio de privada a publica, ya que no reconocen muchas materias.
Incluso discriminan (la UBA es un claro ejemplo en ello)