25 de octubre de 2007

El 54 por ciento de los estudiantes universitarios consumió droga

Por:
Juan Manuel Abruza
Jimena Dilota
Adrián Pilu
Lucía Sánchez Lucero


El relevamiento realizado incluye, además de datos sobre el uso de drogas, números acerca del consumo de alcohol y tabaco.

El 54 por ciento de los estudiantes universitarios reconoce haber consumido algún tipo de drogas. Este fue el resultado de una encuesta realizada en diferentes instituciones educativas de Mar del Plata.
La investigación arrojó cifras impactantes. Quienes alguna vez emplearon drogas, aseguran haberlo hecho en incontables oportunidades, sin que se consideren consumidores habituales. El 55% admite continuar haciendo uso de ellas en la actualidad.
Según Sonia Riasol, licenciada en Psicología y directora del Centro Provincial de las adicciones (CPA), “la problemática del consumo tanto de drogas lícitas como ilegales en los jóvenes, está atravesada por múltiples cuestiones que van más allá de si estudian o no”.
Entre los estudiantes de entre 18 y 30 años que fueron encuestados y que reconocen haber tenido contacto con estupefacientes, quienes alguna vez fumaron marihuana suman el 96%. El 26,8% probó cocaína, mientras que quienes experimentaron con pastillas y demás drogas duras -crack, ketamina, pasta base y ácidos- alcanzan el 17% y 15% respectivamente. Vale destacar que la mayoría de los encuestados probó más de una sustancia, pero que a la hora de continuar con un vicio, la mayoría opta por la marihuana y descarta el resto de las drogas.
La licencia Riasol explica que los motivos que llevan a una persona a usar drogas, son muy personales porque cada persona tiene una historia de vida diferente.
Con respecto a los momentos en que prefieren consumir, el 69% lo hace durante las salidas nocturnas y reuniones con amigos. Este dato no sorprende demasiado, pero sí llama la atención que el 20,5% lo haga antes y/o después de un examen y que el 10,5% utilice drogas antes y/o durante el tiempo de estudio.
Con respecto a esto, Sonia Riasol expresa que, dependiendo de cada situación en particular, hay casos en que cuando una persona comienza a estudiar en vez de disminuir el uso de drogas, aumenta “porque justifican el consumo a diario para lograr un mayor rendimiento académico a través de más horas de estudio”, aunque esto finalmente resulte contraproducente ya que con el tiempo “afecta la capacidad intelectual, de concentración y demás cuestiones de contacto social y cultural en los ámbitos en que se desarrollan”.
Si todavía queda quien piense que el consumo puede dividirse según el género, la encuesta da por descartada esta hipótesis, ya que hombres y mujeres consumen por igual.
Los profesionales del futuro que se prestaron a responder la encuesta, lo hicieron sin inconvenientes ni tapujos. A muchos hasta pareció divertirles el hecho de manifestar de forma anónima sus hábitos ilegales.
La única condición que se requirió para participar del sondeo fue ser estudiante, sin distinción de carrera, estrato social o condición económica.
Contrario a la creencia popular, esta encuesta demuestra que el consumo de drogas no está directamente relacionado con la marginalidad y la falta de educación, sino que la droga está inmiscuida en todos los sectores de la sociedad.
La directora del CPA concuerda con esto cuando aclara que “ese planteo teórico sería como que si el chico cuenta con la capacidad intelectual para poder sobrellevar una carrera, y si además está en una posición socioeconómica cultural que le permite estar inserto en ése sistema, suena poco factible que consuma. Pero esto sería, en realidad, un juicio valorativo inexacto”.

Bajo la influencia del alcohol
El 66% de los estudiantes manifestó que toma alcohol al menos una vez por semana, mientras que el porcentaje restante solo lo hace en oportunidades aisladas.
La bebida alcohólica que más adeptos congrega es la cerveza (79%). La siguen las bebidas blancas, el vino y la mezcla de energizantes con licores.

Libres de Humo
Uno de los índices más interesantes que reveló la encuesta es que el 53% de los estudiantes no fuma tabaco y que de aquellos que sí lo hacen, el 8% lo realiza socialmente.
Aquí si se observa una diferenciación entre hombres y mujeres, ya que el 54% de ellas fuma, mientras que sólo el 38,5% de ellos lo hace.

La UNMDP y el CPA
Sonia Riasol comentó que “el CPA tiene un proyecto en negociaciones activas con la Universidad Nacional para articular en un trabajo común”, pero no se apuntaría a los consumidores, sino a “toda la comunidad de estudiantes como potenciales profesionales, en muchos casos, justamente de la salud”.
“El interés del CPA es capacitar y mostrar las herramientas a estudiantes avanzados de carreras afines a las ciencias de la salud como Psicología, Servicio Social, Terapia Ocupacional y Enfermería”, finalizó Raisol.

Como se hizo
El sondeo se llevo a cabo entre 150 estudiantes de la Universidad Nacional de Mar del Plata e instituciones del sector privado, de los cuales 77 eran mujeres y 73, hombres. Se abarcaron diversas carreras como Biología, Química, Arquitectura y Derecho, entre otras.
El cuestionario consistió en 10 preguntas sencillas de opciones múltiples a contestar en forma anónima.

Shh...Drogas

Opinión

Por:
Ángeles Giaconi
Andrea Pérez
Bruno Rossi

Hoy en la Argentina, lamentablemente, pueden acceder a la educación superior sólo aquellos que manejan o gozan de una economía acomodada; ó aquellos que se esfuerzan y dejan desordenada su economía en el positivo afán de cumplir con su vocación.
Los resultados de la encuesta revelan datos que no sorprenden mucho a los estudiantes, pero que si impactan a la gente mayor.
Pensar que porque un chico estudia está inmaculado frente a las cosas que lo rodean es una visión utópica; un visión que deja perpleja la voluntad de cambiar “algo”, de poner en mesa de discusión y reflexión una realidad que no es ajena a nadie.
La creencia popular, que tantas veces lleva el estandarte de nuestras costumbres quiere dejar de lado un tema que está en boca de todos y del que sí se habla pero del cual muchas veces se hace oídos sordos. Resulta más práctico considerar que la droga es un tema del suburbio, de la periferia, de aquellos que no encuentran más salida que un porro, una línea de cocaína o un paco para hacerle frente a esta sociedad que TODOS construimos.
Los datos hablan por si solos y dicen algo, pretenden infiltrarse en las cabezas y generar conciencia; pero ojo, conciencia no represión ni tampoco condena. Pretenden movilizar los actos de cada uno de los protagonistas y ser generadores de charlas, de palabras en la sobremesa, de encontrar la palabra droga sin el miedo a caer en pánico.
Si el estudiante que fue encuestado no tuvo trabas a la hora de contestar sobre sus “antecedentes” y hábitos en materia de drogas, es porque no tienen problema de hablar, de decir lo que piensan al respecto. Sin embargo, lo que si paraliza es el temor a la sanción, a la prejuiciosa y ambiciosa condena social.
Entender que la drogadicción no se detiene y ejerce su influencia según los estratos sociales; entender que la drogadicción no respeta la posición ni educación; entender que la drogadicción actúa callada, silenciosa y le conviene la mudez de una sociedad temerosa; entender y aceptar su presencia puede ser el puntapié inicial para combatirla.
De otro modo, hagámonos responsables de la decisión de seguir mudos.

Estudiando en plena dictadura


Por:
Silvia Prina
Verónica Toledo
Victoria Fondevila


El advenimiento de la dictadura militar significó un duro golpe para el normal funcionamiento de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Tres alumnos de aquella época hablan acerca de cómo era instruirse en tiempos del Golpe y aseguran que los estudiantes de hoy no valoran la importancia de vivir en democracia.

Corría el año 1976, una mano de hierro larga e inquebrantable se ceñía amenazante sobre la cuna del conocimiento. Cínicamente complotados, el autoritarismo y la intolerancia se erguían como torres inexpugnables, ojos sin párpados en vigilancia permanente.
Para la actual titular de la cátedra de Psicología Social de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Cristina De Los Reyes, el hecho de cursar una carrera en tiempos de la dictadura no sólo implicaba un considerable riesgo, planteaba en si mismo un reto a la mente y al espíritu. “El clima que se vivía en la Facultad de Humanidades era terriblemente lúgubre. Para mí que en aquella época estudiaba Sociología resultaba muy doloroso ver cómo un ámbito tan familiar se había convertido en un tétrico cementerio. Mantenerse centrado, evadirse del miedo era todo un tema”, admitió.
Cuando la intervención militar a la Universidad se hizo muy evidente, muchos de los cambios que habían comenzado a operar a partir de la segunda mitad del gobierno de María Estela Martínez de Perón se profundizaron visiblemente. “Los lineamientos ya no eran los mismos, las reglas definitivamente cambiaron. Todos programas de estudio fueron modificados de raíz, los profesores cuyas ideologías no compatibilizaban con la doctrina militar resultaron separados de sus cargos, varias carreras humanitarias se cerraron por ser consideradas peligrosas. De la noche a la mañana un abanico de imposiciones se desplegó con la celeridad de un rayo, fue increíblemente indignante”, afirmó Cristina.

Resistiendo
Aunque estaban terminantemente prohibidas, las agrupaciones de estudiantes continuaban activas y firmes en su objetivo de resistir a la opresión. Según la Profesora De Los Reyes no había rivalidades entre ellas aunque si existía una “sana competencia”. Todas las asociaciones de alumnos intentaban, en la medida de lo posible, atribuirse el título de la más “revolucionaria”.
De su militancia en la agrupación estudiantil Juventud Comunista, Cristina guarda recuerdos agradables y otros bastante amargos como cuando uno de sus compañeros desapareció. La actual titular de la cátedra de Psicología Social fue víctima de múltiples detenciones y supo enfrentar, entre otras adversidades, la apertura de una causa en su contra por subversión.

El mejor tributo
La tensión permanente y el miedo a ser secuestrada llevaron a la profesora De Los Reyes al punto de tener que consultar a un psiquiatra. “Para poder rendir y aprobar los exámenes tuve que hacer un tratamiento psiquiátrico, era muy difícil para mí estudiar en esas circunstancias. Si terminé la carrera lo hice en homenaje a los que ya no estaban y a los que no podían estar. Rendirles tributo fue de alguna manera mi principal fuente de motivación, mi única brújula”, concluyó.

Aquella indeleble marca
“Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos”, sostenía con acierto el célebre escritor italiano Alberto Moravia, un pensamiento que curiosamente resume a la perfección el sentir de Gustavo Fabbri, ex alumno de la carrera de Arquitectura durante los denominados años de plomo. “El temor a ser represaliado o secuestrado estaba tan instalado en el ambiente de la facultad que se respiraba en el aire. La presencia de los militares haciendo vigilancia y requisas en toda la Universidad intimidaba mucho, el clima era de una rigidez total”, describió.
Al igual que la profesora De Los Reyes, Gustavo reconoce que el cambio de directivas, acorde a la intervención militar, fue sumamente radical y vergonzoso. “Uno estaba acostumbrado a una Facultad que hacía hincapié en la importancia de los servicios sociales, con la irrupción de la dictadura se alteró todo, fue algo abominable”.
Una de las modificaciones que indudablemente más perjudicó a Fabbri fue el drástico cambio en los planes de estudio. Por razones personales el arquitecto tuvo que abandonar la cursada un tiempo, cuando decidió retomar no pudo porque no le quisieron convalidar las materias. Indefectiblemente Gustavo se vio obligado a reinscribirse, a dejar de lado su bronca y empezar de cero.

Cautivo
Como muchos de los estudiantes que cursaron sus carreras durante el Régimen Militar Fabbri tuvo la nefasta fortuna de ser secuestrado y torturado. “Me detuvieron en la misma Base que había estado cuando hice el servicio militar, me di cuenta porque reconocí algunas voces. Estuve encapuchado, desnudo y fui varias veces torturado” , confesó.
Según Gustavo los militares no querían datos precisos, buscaban desesperadamente nombres. Aunque era un hecho que el arquitecto no militaba en ninguna organización política, todos sus amigos y gente conocida lo hacían. Representaba para sus captores, de alguna manera, una fuente de innegable valor.
A fin de cuentas y para el gran alivio de Fabbri la pesadilla duró poco. Un amigo se arriesgó y lo liberó del cautiverio. “En realidad pude escapar porque empecé a pedir por un dirigente conocido que tenía ahí dentro. La verdad que se portó bien conmigo. Me sacó de ese infierno y me escondió en otro lugar porque, en rigor de la verdad, había una gran posibilidad de que figurara en alguna otra lista”.
Por precaución el arquitecto permaneció en el escondite por dos meses, luego se fue y retomó los estudios. La herida, sin embargo, nunca terminó de sanarse. “Lo que viví allí me marcó para siempre, me cambió la vida porque me alejó de gente querida, fue un gran cimbronazo” , finalizó.
Seguir, a pesar de todo
“Por el solo hecho de tener el pelo largo ya eras considerado una amenaza, un terrorista en potencia”, con estas palabras Maria, estudiante de Antropología durante el Gobierno de Facto, describe lo que para ella significó una época llena de miedo e incertidumbre, un pasaje de ida al sufrimiento y la opresión.
Las heridas abiertas no le dejan revelar al mundo su nombre completo pero si su visión, su testimonio. Para esta ex-alumna de la Universidad Nacional de Mar del Plata estudiar durante la dictadura fue una experiencia lóbrega aunque con alguna fortuita pincelada de luz. “Todo en aquella época era absoluta efervescencia. No había un sólo momento en que no estuviéramos debatiendo, confrontado ideas, discutiendo sobre política. El entusiasmo que teníamos los universitarios era considerable pero no podía ir más allá de cierto punto. Eran tiempos de extremo peligro, de suma cautela” .

La unión hace la fuerza
Según María nadie podía estar exento de la situación que atravesaba el país, alumnos y docentes confluyeron por primera vez en una lucha común. “Los estudiantes naturalmente comenzaron a militar en diferentes organizaciones, a comprometerse más, a idear la resistencia. Los profesores por su parte organizaban asambleas espontáneas y nos hacían leer a pensadores como Trotsky. Era de algún modo su forma de ayudar, de contribuir a nuestra causa”.
Los seguimientos, secuestros, requisas y quema de libros eran moneda corriente en la “Universidad Sitiada”, paradójicas postales de un panorama desolador. “La persecución era terrible, el miedo se te pegaba como carne al hueso, pero había que seguir, mas allá de todo había que resistir”, terminó.

Universidad en tiempos de democracia
Tanto la profesora De Los Reyes como el arquitecto Fabbri y la ex alumna María coinciden en que la Universidad Nacional de Mar del Plata se encuentra gravemente despolitizada. No hay un interés genuino en la comunidad académica por empaparse en los temas políticos coyunturales: los profesores no incitan al debate y los alumnos no se preocupan en analizar los parámetros que les permitirían entender su presente y futuro.
Curiosamente muchos estudiantes comprenden que la democracia es algo maravilloso pero no se molestan en ejercerla, dejan de alguna manera que los demás decidan por ellos.
Otro punto que los “antiguos estudiantes” remarcan es la vergonzosa permanencia de profesores y personal de la época de la dictadura, un reflejo de lo que sucede en casi todas las instituciones del país.



24 de octubre de 2007

Más allá de las capacidades


Por:
Agustín Amaya
Matías Gusmerotti
Solange Crispín
Katiana Oyanguren


Estudiantes y profesores de la carrera de Terapia Ocupacional organizan desde hace 4 años fiestas para promover las habilidades comunicacionales de chicos especiales. El proyecto es un éxito y permite a decenas de chicos vivir una noche de boliche.

La adolescencia es una etapa de cambios y transición. Un momento de la vida en el que todo es descubrimiento y experimentación de nuevas sensaciones. A qué joven no le gusta salir con amigos, bailar, conocer gente. Por esta razón y como una forma de promover la integración y fortalecer las habilidades para una mejor comunicación de chicos con capacidades diferentes, el director del Circulo Deportivo de Lisiados (CIDELI) y alumnos de la carrera de Terapia Ocupacional organizaron, como desde hace 4 años, una nueva fiesta para personas discapacitadas.
En esta ocasión la celebración fue de disfraces. Vestidos de mariposas, hadas, payasos, brujas, raperos o simplemente con máscaras, los chicos de diferentes instituciones de la ciudad, llegaron al Centro de Residentes Universitarios (CRU) acompañados por padres y profesores. En sus rostros ya se percibían las expectativas acumuladas de la que sería una jornada inolvidable.
El reloj marcaba las 17.30 y la música despertaba en cada uno de los presentes una agradable sensación. Los chicos, los padres y los voluntarios disfrutaban por igual.
Poco a poco decenas de almas inundaron la pista y, al ritmo del reggaeton, la tarde comenzaba a disfrutarse cada vez más. No sólo expresaban su alegría en cada uno de sus movimientos sino que trasmitían su indescriptible capacidad para demostrar cariño, amor, transparencia.

La energía de los chicos fue desbordante. No había momento en que no demostraran sus ganas de pasarla bien. Y esa fuerza que exhibían era “contagiosa, terapéutica”, así lo expresó el director de CIDELI, José Luís Campo que, además, se desempeña como profesor de la cátedra de Medios terapéuticos en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Así mismo el docente recalcó la “buena voluntad” del CRU, que gratuitamente cedió sus instalaciones, para que por algunas horas chicos especiales tengan la posibilidad de vivir una “actividad fuera de su rutina diaria”. Totalmente desinhibidos y espontáneos no necesitaron del alcohol para transformar la tarde en una noche de boliche como la de cualquier otro adolescente.
“Los objetivos principales a los que apunta esta fiesta son la interacción de los chicos entre sí y con los estudiantes y, además, transmitirle confianza a los padres de que sus hijos se pueden divertir de la misma manera que un chico al que la sociedad califica como ‘normal’”, explicó Carolina Ammar, una de las organizadoras y futura licenciada en Terapia Ocupacional, al tiempo que resaltó que el “CRU es accesible para aquellos que tienen bastones canadienses, sillas de ruedas o que presentan algún tipo de impedimento físico”. El local posee rampas que permiten un mejor desplazamiento por lo que se vuelve muy funcional a las necesidades de una persona discapacitada, lo que no sucede todos los boliches.
Las fiestas que realizan todos los años no tienen una actividad programada para los que concurren sino que son “más bien espontáneas” aunque en algunas ocasiones se brindan shows de canto o baile para animar. Según Mariana Di Tulio, otra de las organizadoras que cursa tercer año de la carrera de Terapia, todo aquel que quiera colaborar “es bienvenido”. En esta oportunidad, Yanina, una de las voluntarias, interpretó un cuadro de salsa junto a su hermano Ezequiel Méndez. En ese momento los chicos armaron un gran circulo dentro de la pista para disfrutar la función y al ritmo de las palmas siguieron con atención los pasos que la pareja realizaba.
Merecen un párrafo aparte los voluntarios, todos estudiantes, todos jóvenes con vocación de servicio que con entusiasmo y un notorio amor por lo que hacen, permitieron que el disfrute de los chicos fuera aún mayor. Silvina es una de esas voluntarias que con dulzura y paciencia fue participe de un momento que quedará grabado en la memoria de los que formaron parte. No por nada la joven de 20 años decía muy segura, al final de la noche, que no quería que la celebración termine al tiempo que saludaba con un efusivo abrazo a cada uno de los chicos que iban abandonando el lugar y como forma de despedida preguntaban: “¿Para cuándo la próxima?”.
La fiesta mantuvo la intensidad durante sus cuatro horas de duración. Palmas, trencitos, movimientos de caderas. Hasta el más tímido cayó en la tentación de dejarse llevar por la buena onda que se respiraba en el ambiente. El repertorio musical incluyó desde el reggaeton, pasando por la salsa, la cumbia, la marcha, el rock y los temas que hicieron historia en los 70 y 80.
La esencia de lo vivido quedó sintetizada en las palabras de unos de los protagonistas, un joven en silla de ruedas, que con una gran sonrisa y un brillo especial en sus ojos expresó: “Yo vengo siempre, porque descubro un mundo mejor”.

Fiesta temática

La idea de siempre es renovarse día a día y brindar nuevas actividades en las fiestas que realizan los estudiantes de Terapia Ocupacional.
Todos los que quieran concurrir, la próxima se realizará el viernes 19 de Octubre, en el CRU, de 17.30 a 21.30 y la temática va hacer “Murga”. Según los organizadores es “una nueva forma de estimular y promover la recreación, que en definitiva deja a todos un aprendizaje de vida”.
Así también informaron que, se va a invitar a que las escuelas, hogares e instituciones para que preparen con tiempo una pequeña coreografía de esta especialidad. Luego se elegirá a la mejor y se le entregará algún premio, que se obtendrá por medio de las donaciones. Y a modo de cierre, realizará una presentación la murga de la universidad.
No es obligatorio concurrir con alguna vestimenta o baile especial, sólo es necesario animarse.
Para más información pueden comunicarse vía mail a eventos_to@hotmail.com

La arquitectura del complejo universitario


Por:

Victoria Figueroa
Maira Pizarro
Florencia Rueda

Esta intrigante paradoja parece haber moldeado la arquitectura del complejo universitario marplatense, ubicado en las calles Funes y Rodríguez Peña. Exposición continúa a través de los turbios vidrios que sirven de pared externa a las aulas. Ocultamiento reflejado en descendentes y oscuras entradas. Algunos árboles, frondosos y aletargados, completan el panorama.
Durante la semana, el continuo bullicio de los miles de estudiantes que recorren los edificios, desdibujan los antagónicos rasgos. Pero el silencio que acompaña la soledad de los fines de semana, los hace no sólo evidentes, sino inquietantes.
Los fundamentos de este particular diseño parecerían vincularse directamente con las ideas de la represión: un edificio con frente vidriado que permite vigilar los movimientos internos, espacios reducidos que dificultan la concentración de personas y un alambrado olímpico con puntas hacia adentro, como impidiendo el escape. Escalofriante.
Esta conexión tan notoria, sin embargo, no es real. Rubén Oscar Tablar, arquitecto que trabajó en la supervización de la obra durante la construcción de los dos últimos cuerpos, se encargó de derrumbar el mito.
Tablar informa que la finalidad que el edificio poseía originariamente no era la actual. El proyecto era diseñar un centro de alta tecnología donde realizar tareas científicas. Por ende, la capacidad que posee es mucho menor a la que sería necesaria teniendo en cuenta el actual volumen de estudiantes. Debido a éste antecedente, son consecuencias inmediatas algunas dificultades arquitectónicas en el complejo. Existen muchos planes de remodelación, pero su ejecución se ve trabada porque no se reciben ofertas con precios que se adecuen a los costos razonables. El proyecto de la obra Biblos de la Facultad de Ciencias Económicas lleva cinco años a la espera de una oferta, pero todas fueron desmedidas, por eso se decidió dividirla en múltiples estapas pequeñas, lo que causa una mayor tardanza en la terminación.
La oficina de obras de la Universidad Nacional había proyectado construir edificios en un predio que posee en las calles Colón y 248, donde albergaría todas las unidades académicas, viviendas estudiantiles e incluso un comedor. Una suerte de “campus” al estilo norteamericano. Sin embargo, se estimó que la cantidad de personas que lo habitaría no sería suficiente, por lo que comenzó a trasladarse al complejo de Funes. Por este motivo, además de los dos edificios posteriores debieron agregar un piso donde anteriormente estaban las terrazas.
Con la intención de agrandar el estacionamiento, se tramitó con Ferrocarriles Argentinos hasta dónde llegaría el alambrado olímpico, y para no restar más espacio, originariamente se colocó la terminación hacia el lado de adentro. De la otra forma hubieran contado con 40 centímetros menos de terreno.
La obra, inspirada en el modelo europeo, carece de algunas terminaciones: faltó colocar los parasoles y todos los cierres entre los diferentes pisos para lograr el aislamiento del sonido. El hecho de que las conversaciones se escuchen de un nivel a otro obedece a deficiencias arquitectónicas, no a móviles ideológicos.El paranoico mito es frágil como un castillo de naipes. El único fundamento que quedaría por destruir sería el sentimiento de aprensión y recelo que invade a cualquiera

No me mientas mas


Por:
Fernández Maia
Garnica Yesica
Maffei Adrián
Melucci Ignacio

Lo que se debe evitar decirle a un universitario

Las entregas de trabajos prácticos, parciales y finales tienen a maltraer a cualquiera que haya decidido continuar una carrera. Pero los momentos posteriores a rendir terminan por convertirse en lo más fatídico hasta recibir la “sentencia final”, gracias a la ayuda de amigos, familiares, vecinos o simplemente “metidos” que se encargan de preguntarte justamente esas cosas que no deberían.
A Medida que se acerca una fecha en la que uno “se juega la materia”, los nervios se ponen a flor de piel y nos tornamos irritables y descargamos nuestra ira contra el primer ser vivo que se nos cruce o contra cualquier objeto que no funcione debidamente (entiéndase computadoras lentas, CD’s que no se leen, problemas con la conexión a Internet, entre otros.)
Obviamente, la sensibilidad y mal humor aumentan al por mayor después de la realización del examen y más cuando uno tiene esas leves sospechas de que no le fue del todo bien. ¡En ese momento aparecen los inoportunos de siempre!
Aquellos que parecen esforzarse por hacerte sentir la partícula más insignificante en el tan apreciado mundo del estudio. Personas a las que, si bien le demostrás interés, seguro maldecís por dentro.
* “¿Cómo te fue en el parcial?”
MAL me fue, ¿Es necesario revolver mis heridas? Obviamente todo el tiempo que perdí estudiando no evita que me humillen con esta pregunta cruel. ¿Para qué preguntás? ¿Te gusta disfrutar de mi miseria? No te gastes en preguntar, si me querés ayudar no tenés nada más que hacer que prestarme el auto para salir y darme plata, sino estás dispuesto a hacerlo, mejor alejate.
* “No te preocupes, ¡seguro que la próxima aprobás!”
Si sabés que no es verdad, entonces… ¿Por qué lo decís? Es jugar con mi estado emocional tratar de animarme con semejante frase falsa. Mejor probá con el silencio.
* “¿Pero no terminaste la carrera todavía?”
A ver si entendés querido… Cuando termine te vas a enterar, el mundo entero lo va a saber. Voy a ponerme nicks en el Msn con tantos íconos felices que te van a marear, lo voy a publicar en el diario, haré una fiesta, ¿entendiste que te vas a enterar? Así que no me preguntes si no terminé la carrera cuando la respuesta es obviamente NO.
* “Pero, ¿tan difícil es?”
No, para nada. Es un “viva la pepa”. Lo que pasa es que disfruto hipotecándome medio pulmón para pagar los apuntes, libros y guías. Me encanta que me torturen con exámenes y finales todos los años. Adoro no poder salir ni dormir para quedarme a leer libros que no voy a terminar sólo por que me pidió un profesor que los leyera y no lo hice por cuenta propia. CLARO QUE ES DIFÍCIL.
* “El hijo de la vecina hizo la carrera en 4 años!”
BIEN POR EL HIJO DE LA VECINA. Tirémosle papel picado y bailémosle una macumba alrededor. También hay gente que no la termina nunca, y no vemos a nuestros viejos diciéndonos a diario: “Qué orgulloso estoy de vos, nene, que todavía no te diste cuenta de que no servís para esto y seguís estudiando, aunque pierdas el tiempo”. Evitemos las comparaciones por favor.
* “Lo que estudio también es muy difícil. Sólo tendrías que estudiar más”.
Definitivamente tenés razón, ¡era por eso! Los exámenes de seis horas, el plan de estudios de los que ni los profesores tiene idea o las preguntas trampa para fulminarte no tienen nada que ver. ¡Pero por favor, si ESTUDIANDO SE APRUEBA!
*“¿Ah, que linda, pero de que seria que vas a trabajar?”
Mmm la verdad todavía no lo tengo decidido… Ya voy prácticamente media vida con esta carrera, quizá trabaje de lo que estudié, ¿Qué te parece?

En fin, los métodos de evaluación y la obligación de prepararse para rendir no dejarán de existir. Pero sí se puede ahorrar saliva en determinadas ocasiones. Ayuden a que los estudiantes no padezcan tanto el después de un examen, como el antes y el durante del mismo que los tiene exasperados durante un lapso un tanto prolongado.

7 de octubre de 2007

Carreras Terciarias: Lo que hay que saber


Juan Manuel Abruza
Jimena Dilota
Adrián Pilu
Lucía Sánchez Lucero


En las últimas décadas, las carreras terciarias han tomado un gran protagonismo dentro de la comunidad educativa y social.
Los que eligen este tipo de educación, afirman que los mayores beneficios radican en su breve extensión- rondan en su mayoría los tres años- la flexible carga horaria, los contenidos específicos para cada profesión y la rápida inserción laboral.
Pablo Fiore, Coordinador del Área de Informática de la Universidad Tecnológica Nacional, señaló que “la gran ventaja y atractivo de estos estudios es el corto tiempo en el que se forman, con una enseñanza conceptualmente directa y concisa, y con un entrenamiento de práctica intensiva y constante”.
Existen diferentes alternativas a la hora de decidir qué estudiar. Entre las opciones más requeridas se encuentran las carreras de marketing, administración de empresas, sistemas informáticos, relaciones públicas, turismo, diseño gráfico y publicidad. Mientras que en las ciencias de la salud se destacan las tecnicaturas en laboratorios, enfermería, farmacología y radiología.
Los horarios reducidos permiten a los estudiantes realizar actividades simultáneas, como trabajar y hasta en muchos casos estudiar otras carreras del mismo nivel o hasta de mayor jerarquía.
Muchas de ellas proporcionan la posibilidad de completar los estudios en la misma materia y obtener así títulos universitarios. Por ejemplo, la carrera corta de marketing ofrece un título de Licenciado con sólo un año más de estudio al igual que las de Administración Hotelera, Administración Turística y Administración de Recursos Humanos.
Las desventajas que presentan no son notorias a simple vista. Los spot publicitarios de los institutos que las dictan- predominan los privados- aseguran un futuro certero e instantáneo en el ámbito profesional y captan un flujo estudiantil amplio con ansias de integración al mundo globalizado.
Guillermo Abruza, licenciado en Administración de Empresas y profesor terciario y universitario, afirmó que “si bien los terciarios ofrecen un título en pocos años, la salida laboral generalmente no responde a la realidad. Es decir, prometen trabajo inmediato, cuando en verdad, muy pocas empresas o entes solicitan egresados de las carreras”.
Por otra parte, Abruza advirtió que “los terciarios admiten promociones de gran cantidad de profesionales por año-comparado a las universidades-con igual capacitación y generan de este modo una saturación en el mercado laboral”.
Estos son sólo algunos factores a tener en cuenta al momento de optar qué camino seguir para profesionalizarse.
De todos modos, lo fundamental es asesorarse adecuadamente y seguir la vocación. No hay que olvidar que en esa decisión está en juego el futuro de cada uno.